UN LUMINAR DE DIOS EN EL MUNDO

Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.

Filipenses 2: 14-15

Para brillar debemos pasar por el fuego, por un proceso que saca el brillo para que nuestro testimonio sea acepto en cualquier lugar donde estemos, bien sea hogar, escuela, colegio, universidad, trabajo, etc.; pues lo que tiene que brillar es nuestro testimonio dando fruto excepcionalmente excelente para que oriente y sirva de guía y puente a aquellos que no saben para donde van.

Brillar como hijos de Dios es marcar la diferencia, imitando a Jesús en todo, siendo siervos útiles, haciendo todo con diligencia, sin murmurar y de buena voluntad, porque así agradamos a Dios; pues quien sirve a Dios en espíritu y en verdad recibe recompensa maravillosa.

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